Minería (de información) a cielo abierto
Mi primer post de este año en Facebook fue mi “nube de palabras 2017”, el gráfico de los términos que más usé en esa red social a lo largo de los doce meses previos. Me dio gusto saber que mi frase más recurrente fue: Viva el Conocimiento; una frase escrita a propósito sin espacios, a manera de hashtag aprovechando la flexibilidad que la escritura en estos medios permite:
La frase en mi nube me inspiró, por cierto, el nombre con el que ahora he bautizado este blog y me da el pretexto perfecto para repasar dos temas (nubes y minería) vinculados, de alguna forma, con el Big Data.
Las “nubes”, hablando de gestión de información, son gráficos que facilitan la
visualización de datos a partir de la aplicación de algoritmos de “minería” de datos; así, mediante la aplicación de un software se exploran textos (como en una mina se buscarían metales preciosos entre la inmensidad de la roca) para encontrar estructuras y coincidencias entre palabras; una vez encontradas los resultados se muestran de manera visualmente agradable organizados en gráficos que generalmente adoptan la silueta de una nube. Con ello se nos abre la mirada a nuevos cielos que de otra manera sería un tanto más complejo identificar (mediante tablas en Excel, o conglomerados de datos de otro tipo).
¿Cómo ayudar desde la biblioteca en estos temas?
Hay una serie de acciones que los profesionales de la información podemos desarrollar aplicando las fortalezas de la minería y visualización de datos para beneficio de estudiantes y profesores:
Dar a conocer la minería de datos como un servicio nuevo en la biblioteca, integrándolo como parte de los servicios de apoyo para Gestión de Datos de Investigación o Humanidades Digitales.
Propiciar alianzas con colegas académicos para trabajar en proyectos de minería de datos en sus proyectos de investigación.
Dar a conocer las opciones de software (tanto comercial como gratuitos) para realizar tanto minería de datos como visualización de los mismos.
